Ideas congestionadas de un estresante e irónico sentido del humor.
¿Cuándo callarán sus bocinas
todas aquellas bestias demoledoras
de nuestra cruel ciudad?
¿De nuestra cruel verdad?
Recuérdame más tarde cuando quiera dormir,
que mañana volveremos a vernos,
e incineraremos las verduras podridas de nuestras heladeras.
¿No sería bueno
que en vez de querer mantener en frio nuesotrs alimentos,
nos metieramos en nuestras heladeras
para congelarnos, urbanos?
La no-estructurada rutina de las semillas de este hombre,
recorre mi depósito albergador de nuestros futuros retoños.
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