Las noches melancólicas se mete dentro nuestro para avisarnos que hace falta callar en los interiores para poder recibir las ondas que atraviesan transversalmente nuestro ombligo.
Enfrascados los vibratos, remitamonos esta mañana a no molestarnos con gritos,
y sostener esta nota tan difícil de entonar.
Más fecundado el silencio...
...más perenne la fecundación.