Sabés,
ahora que me miro al espejo
ahora que me miro al espejo
me doy cuenta que se me desprendieron
esas hojitas secas,
esas hojitas secas,
vaya a saber uno si de ser vegetal
o de libros viejos de poesía sacra,
devota al amor lleno de espinas
y de amorseco,
pinchudo.
pinchudo.
Ahora te descubro como afluente
y tierra fecunda
y tierra fecunda
en unos ojos verdes,
unas manos blandas al amor
dulces y tiernas que lo acarician
unas manos blandas al amor
dulces y tiernas que lo acarician
y lo cuidan.
Y que también se frotan
las cicatrices de las heridas,
las cicatrices de las heridas,
porque viste
al principio cómo dolían y ahora ya pican,
dan ganas de arrancárselas a lo bruto,
como cuando el árbol deja ir las suyas
y el viento lo ayuda.