Saturday, April 15, 2006

vos y yo

Me concibes
en tu inconfundible desnudez
poco virgen,
mientras mis muslos
imitan un amanecer en las cumbres.

Cuán errantes tus ojos
recordando el desamor
la continuación de los pasos,
el nuevo día, en viejos tiempos.

Cuán felices tus manos
tomándome por la cintura
y levantándome hacia el futuro
prometiéndome océanos y estrellas,
rocíos matutinos,
y algún que otro escalofrío en el camino.

Sigamos escribiendo sobre la historia
sobre nuestras manos
sobre nuestros pies,
sobre las heridas a carne viva.
Y ya no sé si estos mis pasos,
son estos tus pasos
si estamos oscureciendo las maneras
a corto plazo.

Aquí estamos,
viviendo el amanecer que más buscamos;
Este,
nuestro orgasmo.

Thursday, April 13, 2006

Constelaciones

Mirando sus ojos
sentí cómo su mano sólo descendía desnuda
hacia el resto de silencio que quedaba en mi piel;
terminaban exhalaciones y volvían para concluir otra vez,
encontrandose con labios que susurraban
el deseo de aquella profundidad donde palpaba sensaciones,
recostándose nuestras sombras.

En el trascendenal cambio de sus flujos se aferró a un escalofrío lleno de risas inseguras que manifestaron un absurdo lujurioso. Mis ojos ya no tenían ningún deseo de manifestarse entre tantos roces de sensaciones. Abandoné mis brazos que se encontraron con su espalda, me enseñaba cómo volver a sus deseos, mientras sus sombras me desnudaban.

Despacio, nuestra existencia se confundió con astros silenciosos
que en sus universos evadieron estremecimientos...
Interpretándonos...

Monday, April 10, 2006

Arena y Sal



Mi arena en tus suelos
se hace impenetrable
a la altura de tu ombligo
resconstruyendo la imagen de hace unos días
en mi cama,


rompiendo con la estructurada rutina
de nuestros pies hacia el nuevo día.

Allá a lo lejos una sombra blanca
se sumerge en el mar
como en su propia conmensurable blancura.

Mis pies desean la salada espuma
que ofrecen tus océanos
pero mi estadía se hace larga en esta sombra.

Siguen golpeando mis lágrimas
en estos suelos,
rogando que algún día
termine la tortura de las horas
en mis ojos.

Sólo el viento me acaricia ya la piel
las maneras, los labios. 

La no estructurada rutina
de mis abrazos.